Noches oscuras del alma

Noches oscuras del alma,

Por Jaume Vidal
Suplemento Culturas de “El Mundo”

El título de la exposición,
Noches oscuras del alma, que hace naturalmente referencia al poema de San Juan de la Cruz, revela por sí mismo la voluntad del proyecto. Aquí se propone una confrontación o diálogo entre tres videoartistas, Bill Viola, Manuel Sainz y Toni Serra, que entienden la imagen en un sentido trascendente y que buscan expresar a través de este medio una realidad esencial. Cada uno posee una sensibilidad propia y se sitúa desde una posición diferente, pero lo que se pretende precisamente en esta muestra es provocar asociaciones para generar nuevos significados y matices.

Bill Viola (Nueva York, 1951), galardonado recientemente con el XXI Premio Internacional Cataluña, presenta The Messenger en una antigua iglesia que data del siglo XIII. En este caso, el contexto es muy importante, porque el vídeo que se proyecta se expresa como una aparición, al fondo, en el ábside, donde tradicionalmente se sitúa la imagen sagrada. Pero es que The Messenger es, en sí mismo, una aparición, algo que se hace visible y toma cuerpo. La primera percepción es la de una mancha amorfa hasta que, lentamente, esa configuración abstracta se va transformando finalmente en la imagen de una figura que emerge de las profundidades del agua. El agua, precisamente: expresión simbólica del inconsciente, lo subterráneo, lo performativo? acaso sea de aquí de donde nacen las imágenes.

Manuel Sainz (Logroño, 1961) con su A New Chance for a Symbolic Dimension utiliza un fragmento de una película de Ingmar Bergman que alude a las alucinaciones de un extraño vidente. La película se proyecta sobre una pantalla fluorescente y, por otra parte, la proyección del filme se suspende intermitentemente por unos segundos. Con la sala en penumbra, afloran extrañas imágenes que subsisten una vez ha desaparecido la luz, o incluso durante la proyección. Con este procedimiento, Manuel Sainz recrea espectros, hace reales las alucinaciones. En el fragmento de Bergman se evoca el mundo de la fantasmagoría. Manuel Sainz lo invoca.
Istishara Archives de Toni Serra (Manresa, 1960) presenta diversos personajes que cuentan un sueño que para ellos ha tenido un particular significado. En el vídeo se recogen historias muy poéticas, como aquella en que un niño perdido en la medina descubre una ciudad subterránea. A partir de entonces la búsqueda de esa ciudad -esto es, la búsqueda de algo oculto, más allá de las apariencias- será su referente vital. En otro momento, en una imagen de particular intensidad, se superpone un torso masculino y la imagen cenital de un pozo en una clara alusión a las riquezas ocultas, al mundo interior insondable. Y, sin embargo, estas imágenes se completan con dos proyecciones simultáneas a modo de tríptico que ofrecen una cacofonía visual de la globalización -TV, videojuegos, etc.-. Acaso la naturaleza de los sueños sea, de algún modo, equivalente a este flujo continuo de imágenes que se entremezclan sin sentido con el que convivimos.

La comisaria, Rosa Pera, realiza coherentemente una lectura en clave mística. Pero otras interpretaciones son posibles. Estos trabajos que aluden a apariciones, espectros, sueños o imágenes de la globalización, y que se entrecruzan entre sí, apelan a la idea de fantasma: las imágenes como un lenguaje extraño que proviene de un planeta desconocido, ángel o diablo, ¿quién sabe?


Jaume VIDAL OLIVERAS

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