El Sueño Colonial

El Sueño Colonial * Zonas Autónomas.
toni serra_ovni 2006
www.desorg.org

Videos, documentales independientes, y arqueología mediática entorno al colonialismo y a sus mutaciones en la era global.

A menudo se habla del colonialismo y del eurocentrismo como de un tiempo felizmente superado, pero la realidad actual bajo el fenómeno de la globalización parece indicar todo lo contrario. Ocupación y destrucción de otros mundos y culturas, explotación sistemática de sus recursos; pero tambíen agresiones a escala local, violencia inmobiliaria, turismo colonial, migra,..
Autonomia y no zonas: otras formas de percibir y crear realidades comunitarias e interiores. Formas autónomas de vivir y pensar, zonas sin límites, no zonas.

Después de la programación de Resistencias (0vni 2005) (1), pensamos que era necesario intentar ganar profundidad en la voluntad crítica de los Archivos del Observatorio, a través de aportar una serie de documentos que mirasen y reflexionasen sobre algunas de la raíces de la situación actual. Muchas de las situaciones que se describían en los videos que habíamos proyectado provenían implícita o explícitamente de la pulsión colonial. El eurocentrismo, y la noción de que cualquier forma de progreso –incluso el revolucionario- pasa por la experiencia europea o tiene en ella su obligada referencia, continúa presente no sólo en pensamiento conservador sino de forma paradójica y grave en la disidencia. Igualmente sentimos la necesidad de ir más allá de las negatividades que comporta la resistencia, buscando mostrar y compartir las afirmaciones comunitarias y personales que se estan produciendo en muchas sociedades y culturas así como en nuestro entorno inmediato.

El Sueño Colonial * Zonas Autónomas Inicia una búsqueda, que con otros nombres ya estaba implícita en los Archivos. Lógicamente esta investigación, de la que ahora compartimos una primera aproximación, está marcada por nuestras limitaciones respecto a un tema tan extenso. Una aproximación que no hubiese sido posible sin las numerosas colaboraciones y ayudas que hemos recibido. Por otra parte el carácter de los Archivos del Observatorio hace que no pretendamos una acumulación de documentos históricos, que hubiese estado fuera de lugar en nuestro caso, sino una selección que apuntase no tanto a un catálogo de acontecimientos concretos como a entender algunas de las claves y fractales del tema. Selección que viene acompañada por las intervenciónes de algunas de las personas y colectivos con los que hemos compartido la investigación, o que son referencia básica para ella, como el grupo de trabajo ContraPlano LAD. Michael Taussig, profesor de la Columbia University de NYC (“Mimesis y Alteridad”, “Shamanism, Colonialism and the Wild Man”..), Serra Ciliv (!F.Istanbul) y René Vautier (Afrique 50, Argelia en Llamas, Hirochirac,..)

Para la búsqueda de los noticiarios y promocionales de la época (1930 a 1965), que resultaban clave para entender como se fabricó el imaginario del momento, hemos consultado algunos de los grandes archivos audiovisuales internacionales, lo que nos ha llevado a conocer su funcionamiento y la gestión que realizan de aquello que es parte de la memoria colectiva de la humanidad. Una “gestión” que se rige significativamente según criterios de beneficio económico. Sin atender a criterios como non-profit, educacional, etc…se aplican tarifas abusivas en los que los derechos de proyección de 30 minutos pueden llegar a costar 20 mil euros (2). Archivos públicos gestionados por empresas privadas o entes públicos con criterios similares, que impiden el libre acceso, o al menos un acceso posible a un material audiovisual que en este caso, pasado el tiempo, constituye un catálogo de evidencias en contra de la supuesta voluntad civilizadora de europa; y un “banco” de los argumentos que aún hoy en día se utlizan para afrontar conflictos actuales. En todo caso la constatación de la dificultad de este acceso nos muestra la importancia de reclamar y defender el acceso público a estos archivos que como decíamos forman parte de esta memoria colectiva de la humanidad. Y a evitar que esa sutuación se repita, en el futuro, con lo que ahora nos es contemporáneo.

Tanto para estos documentos gubernamentales y corporativos como para aquellos otros que provienen de autores o proyectos independientes, no reclamamos el valor de una verdad objetiva “El cine no es ni ha sido nunca la tecnología de lo verdadero. Miente a la velocidad de 24 fotogramas por segundo. Su valor no es la de filmar la historia, sino simplemente como un medio de comunicación, un medio por el cual se genera significados. Lo inquietante del cine documental es que puede generar una historia rígida en el presente de la misma manera en que Disney puede generar un sentido colonial de la cultura de lo Otro. En cualquier momento en que el cine implosiona existe simultáneamente como ficción y no ficción, convirtiéndose en una evidencia de que la historia es “made in Hollywood” (3). No estamos presentando acontecimientos históricos, sino imágenes, pero estas tampoco son sustraibles al valor documental del imaginario que crean, imágenes reales por si mismas y no respecto a lo que representan. Realidades “imaginarias” y no por ello menos reales. No responden tanto al criterio de verdadero o falso sino al de ¿quién?, ¿cómo? y ¿para qué? fueron imaginadas.

René Vautier en su film Afrique 50 (1951) contra la barbarie, el colonialismo y la explotación, rompe la complicidad de la mayor parte de los documentales y noticiarios filmados en Africa en esa época, llenos de “mentiras avaras y complacencias fraudulentas”. Y él mismo recita: “Mira lo que les espera a los pueblos de Africa: estamos en Palaka, en el norte de Costa de Marfil, la aldea fue incapaz de pagar los impuestos coloniales 3700 francos!. Febrero 27 de 1949 a las 5 de la mañana, las tropas llegaron, rodearon la aldea, dispararon, quemaron, asesinaron (…) en esta tierra africana 4 cuerpos, 3 hombres y una mujer fueron asesinados en nuestro nombre, en nombre del pueblo francés!. Te sorprende: cabañas incendiadas, habitantes masacrados, el ganado muerto pudriéndose al sol. Amigos, la colonización aquí es como en cualquier otro lugar, esta gobernada por los buitres”. Esta reflexión le cuesta 13 denuncias, la condena a un año de carcel y la prohibición de exhibir su film; prohibición que bajo diversas formas se extendió durante 50 años.
En “Les Maitres Fous” Jean Rouch nos muestra como, cuando el enfrentamiento directo no es posible, existen otras formas de conjurar el dominio colonial. O en “Moi un Noir” como un grupo de emigrantes nigerianos prefieren volver a la “pobreza” de su país que a sobrevivir en la “riqueza” del paraiso colonial.
First Contact” muestra imágenes de archivo de los primeros contactos entre el hombre blanco y los aborigenes de una zona de Nueva Guinea, y los contrasta con los relatos actuales.
Las dificultades del eurocentrismo para dialogar o simplemente entender a otras culturas y el sometimiento de estas a la mirada “colonial” son abordados en “Les Statues meurent Aussi” de Alain Resnai y Chris Marker
Los imaginarios coloniales, filmados por las propias fuerzas coloniales, como prueba de su tarea y de su valor, se reflejan también en documentos como los que nos facilitó la Filmoteca de Catalunya sobre la antigua colonia española de Guinea Ecuatorial, y que refleja las obsesiones del momento: la labor cristianizadora, la imagen idílica de aportación del progreso, la caza entusiasta de animales salvajes, la tala de arboles, la militarización de la vida. Estos y otros aspectos mas complejos son abordados también por un Vincent Monninkendam en “Mother Dao” una de las más esclarecedoras y poéticas miradas sobre la realidad colonial, construída íntegramente con imágenes filmadas por los colonizadores holandeses en Indonesia.
Las derivas espectaculares de esta visión aparecen ya en el propio continente europeo, a finales del s.XIX y principios del XX, con las Exposiciones Coloniales que recorrieron toda Europa, mostrando no sólo mercancias, animales y escenarios de cartón piedra, sino seres humanos encerrados en ellos, tema que se aborda en “Zoos Humaines” y “Paris Couleurs”.
Otros documentos tratan de los casos emblemáticos de Argelia “La Guerre d’Algerie” con mas de dos horas de imágenes de archivos muchas de ellas desconocidas en la época. O de Ruanda, desde el pasado colonial y su manipulación de las diferencias étnicas hasta el genocidio de los 90s.
Mutaciones globales del colonialismo moderno en “Irak Tierra Ocupada” en el que se muestra la evolución colonial desde la caída del Califato hasta la actual ocupación y la resistencia que ella genera. O en “Life adn Debt” que recorre los mecanismos económicos de la globalización, en el caso concreto de Jamaica.
La expoliación de los indios americanos en “Tierra (in)cognita”, “Alcatraz is not an Island”. “Agip y sus vecinas”,…
La vertiente colonial del turismo en “Cannibal Tours” y su versión “activista” en “Political Travel”,..
El reforzamiento de las fronteras y de los miedos que generan en: “La Foret”, “Caravana Europea contra la Valla de la Muerte”, “On Translation: Fear/Miedo”, “Natives”,…Relatos de migrantes en “Welcome to London”, “Cuentos Africanos”, “I see the stars at Noon”,..
Fractales locales de la globalización en: “Calle Guardia 14 bis”. “Bassi Bus”, “A Tornallom”,…
Relatos, experiencias y estrategias de autonomia en “Can Masdeu”, “La Tierra es Sagrada”, “La Vega Resiste”. “Soy defensor de la Selva”, la ocupación de Alcatraz, “Le Battalet” (mujeres de la medina),..


Todos estamos en peligro (*)

El colonialismo moderno, que se inicia en el s.XIX, es heredero de las experiencias derivadas de la conquista de América, a las que añade la particularidad de la revolución industrial y la supremacia tecnológica que de ella se deriva. Supremacia que en el plano simbólico confirma la supuesta superioridad de la cultura colonizadora, mientras que de otro exige la satisfación de una creciente e imparable demanda de materias primas, “…mientras la prensa colonialista y misionera se encarnizaba en demostrar la crueldad e ignorancia de los pueblos a conquistar, a los que había que salvar de la antropofagia y de la esclavitud y a los que había que llevar a la civilización, la relativa facilidad de la conquista mantuvo en pie el desprecio hacia esas poblaciones incapaces de defenderse, reforzando aún más los prejuicios raciales por el sentimiento de superiodidad de la raza blanca” (4).

Esta cocnepción se adentra profundamente en el siglo XX, y sólo parece oficialmente declinar tras la Segunda Guerra Mundial, con la pérdida del poder europeo. Y con los procesos emblemáticos de independencia que se viven en la India, Medio Oriente y más tardiamente en Argelia. Sin embargo, es en la resolución de estos mismos procesos, en sus secuelas y en otros que quedan aún pendientes, donde se aprecia claramente la pervivencia de las estruturas culturales y económicas que los hicieron posibles. Esas sorprendentes fronteras rectilíneas trazadas desde despachos lejanos, que reflejan más intereses geopolíticos, que realidades sobre el terreno. Alianza con las nuevas élites, instauración de estados “amigos”. Y por supuesto garantia de acceso privilegiado a las materias primas.

En muchos de los films de la época, en buena parte de los comentarios políticos de la prensa y sobre todo en los noticieros del momento, se subraya como la independencia finalmente “concedida” deriva regularmente en caos y enfrentamientos, malogrando la “mitica herencia colonial de paz y progreso”. Dejando así a salvo de juicio el ingente esfuerzo “civilizador” de las potencias occidentales. La mirada ahora ya supuestamente desinteresada insiste en el tono paternalista, y en la necesidad de cierta “tutoria” sobre las “jóvenes naciones”.

La acusación de “neo-colonialismo” se maneja abiertamente durante la época de la guerra fría, si bien bajo la distorsión del mundo bipolar de las dos grandes superpotencias. Así se produjeron las intervenciones violentas en las entonces llamadas “naciones satélites” y sobre todo en Vietnam, y en el entonces llamado “patio trasero” centroamericano, o en las dictaduras interpuestas en Sudamerica.

El final de la guerra fría y la posterior aceleración de lo que se ha llamado globalización, dibuja una realidad que parece no solo heredar sino incluso retomar con entusiasmo algunos de los grandes escenarios de la aventura colonial: Medio Oriente, Asia Central, Africa,… A veces mediante la ocupación o la intervención militar directa y la imposición de régimenes “democráticos”, otras mediante lo que se ha llamado “colonialismo sin colonos” (4), o través del turismo colonial como sustituto banalizante del viaje y como mistificación de la cultura que lo recibe. Y en todos los casos siempre acompañada de la extensión de una práctica agresiva, sino abiertamente violenta, de la economía. Esto no sucede sólo en el ámbito del comercio, sino en la concepción y ejercicio de la mayoria de las prácticas que afectan a la vida. Un ejemplo decisivo lo encontramos en la enorme presión ejercida sobre “la agricultura que se basa en la diversidad, en la descentralización, en la mejora de la productividad de los pequeños sembrados, en la que el conocimiento se comparte, y las especies de plantas son de todos y no una propiedad”. Y en la imposición de una agricultura de combate, “la mentalidad de guerra que subyace en la agricultura militar-industrial es evidente en los nombres. Los herbicidas de Monsanto se llaman “Roundup”, “Machete”, “Pentagon”, “Lighting”, “Assert”, Avenge”. (5). Es fácil ver como este ejemplo se repite fractálicamente en otros campos de la economia, la cultura, la tecnología,…

Pasolini escribía en 1974: “El retrato robot del rostro aún anónimo de este nuevo Poder muestra vagos rasgos modernos a causa de su tolerancia y de una ideología hedonista perfectamente autosuficiente. Sin embargo, también posee rasgos feroces y sustancialmente represivos. La tolerancia es una ficción: ninguna persona ha tenido que ser nunca tan normal y conformista como el consumidor. (…) “El viejo fascismo, aunque fuera a través de la degeneración retórica, distinguía; el nuevo fascismo –que es otra cosa- ya no distingue: no es humanísticamente retórico, es americanamente pragmático. Su fin es la reorganización y la homologación brutalmente totalitaria del mundo”. (6)

Una noción “totalitaria” del progreso ligado al consumo y a la regularización de todos los aspectos de la vida, que Pasolini ya entreveia en la Italia de los 70s. Y que hunde sus raíces en la alianza del capital y la tecnologia, alianza que implícitamente denuncia en su pequeño documental: “Le mura di Sana”.

El colonialismo moderno no es sólo un fenómeno histórico, sino ante todo una actitud ante la vida y el mundo. Una mirada que divide y secciona las cosas, una mirada que crea y proyecta lo “otro”, y lo contempla como espacio a ocupar, territorio, cultura, incluso tiempo, a colonizar. Por su propia naturaleza no puede entender ni menos practicar una unidad orgánica de las cosas, ni de la existencia, menos aún de la economía. Requiere permanentemente del “otro” hasta el punto de seccionarlo de sí mismo.

Combiene romper el contemporáneo coro de irresponsabilidades, que tiende a adormecer cualquier critica efectiva y cualquier práctica autónoma. Como en aquella canción que cuenta la historia de un boxeador que muere en un combate. El narrador pregunta, al inicio de cada estrofa: “Quién mato a Davey Moore, cuál fue la razón?”. Y las respuestas de todos los personajes son siempre la misma: “Yo no –dice su entrenador- es cierto que pude haber tirado la toalla, pero ni siquiera sabía que estuviese enfermo”. “Yo no-dice el árbitro- es verdad que pude haber parado la pelea, pero, en ese caso los espectadores se habrían puesto furiosos”. “Yo no- dice el apostador- de hecho aposté por él”. “Nosotros no –dicen los miembros del público- nosotros sólo vinimos a pasar un buen rato, nada más”. “Yo no –dice el cronista deportivo- yo me limito a informar a mis lectores”. “Yo no –dice, por fin, el otro púgil- lo golpeé desde luego, pero ese es el trabajo por el que me pagan”. (7)

Pues como Pasolini comentó en su última entrevista, pocas horas antes de ser asesinado, “estamos todos en peligro”. (8).



  1. El concepto de “resistencias” que se desprendia de muchos de los videos que proyectamos, respondia a esta visión de Foucault: “El poder no es una institución, no es una estrucutura ni una fuerza de la que dispondrían algunos: es el nombre que se le da a una situación estratégica compleja en una sociedad dada. Si ya no hay centralidad de un poder al que someterse o al que resistir, no puede existir una toma de poder (si en el centro no hay nada que tomar). Si el poder es reticular, se debe ressitir en cada lugar y en cada forma, si el poder se ejerce en inumerables puntos, se le debe desafiar punto por punto”. Extraído de un diálogo, grabado en Holanda, entre Michel Foucault y Noam Chomsky en 1971. Y del que en esta edición de OVNI mostramos un fragmento.
  2. El ejemplo que mencionamos, pero no el único, corresponde a los extractos que solicitamos a los Archivos de la Britishpathe, provinientes de los noticiarios de los años 30 a 50. Un total aproximado de 30 minutos, el precio de 20 mil euros, tenía ya aplicado un descuento del 50 por ciento, por el carácter non-profit y gratuito de las proyecciones de OVNI. Y correspondía al concepto de una sola proyección, sin derecho a copia de archivo.
  3. Critical Art Ensemble in “Video and resistance: Against Documentary”
  4. Marc Ferro et alt. In “ El Libro negro del Colonialismo”.
  5. Vandana Shiva in “India Dividida. Asedio a la diversidad y la democracia”.
  6. Pier Paolo Pasolini in “I vero fascismo e quindi il vero antifascismo”. Corriere de la Sera, 24 de Junio de 1974.
  7. Bob Dylan in “Who killed Davey Moore?”.
  8. Pier Paolo Pasolini en una entrevista con Furio Colombo. “Todos Estamos en Peligro. Entrevista con Pasolini”. Suplemento Tuttolibri de “La Stampa” 8 de noviembre de 1975.
(*) Idem.

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